Desde el año 1440 con la invención de la máquina de imprenta, el papel se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad; ya sea para escribir, limpiar, decorar u otros fines. La elaboración del papel es producto de una ingeniería intrincada y una diversidad de materias primas con demandas cada vez mayores, es un proceso con múltiples variables que deben estar equilibradas de la manera más eficiente posible, asegurando la calidad deseada del producto sin sacrificar el rendimiento buscado. Con la llegada de nuevas tecnologías y la investigación de materiales alternativos se presentan nuevas oportunidades para la industria del papel, sin embargo, la evolución del mercado y el cambio de políticas productivas junto con crisis como la pandemia del COVID-19 y el conflicto Rusia – Ucrania generan desafíos y problemáticas que le exigen adaptación a esta industria con cada vez mayor urgencia.

La materia prima esencial para la elaboración del papel es una pulpa fabricada a partir de la descomposición de material vegetal en celulosa, las fuentes más frecuentes de esta celulosa son árboles de madera dura como el eucalipto o el abedul, y árboles de madera blanda como el pino o el abeto. El uso de esta pulpa como material alternativo para otros productos de fibra de madera genera una fuerte competencia entre diferentes rubros por la disponibilidad de esta materia prima, por otro lado, la prohibición de plantaciones forestales en algunos territorios (Portugal, India, Brasil, Pakistan, etc.) agudiza aún más la disponibilidad de pulpa de celulosa. Actualmente se investigan fuentes alternativas de pulpa como el junco, la paja e incluso el bagazo de caña como reemplazos parciales o totales para algunos tipos de papeles.

Esta pulpa de celulosa suele tener un color marrón o similar, sin embargo, para la elaboración de papel tissue o papel de impresión es necesario que esta pulpa sea blanqueada con agentes que remuevan la lignina de la pulpa para así otorgarle la blancura necesaria, las sustancias más usadas para este proceso son compuestos clorados, soda cáustica u ozono; productos que al mezclarse con la lignina u otros elementos en el efluente de la fábrica generan contaminantes graves para el medio ambiente y la calidad de los cuerpos de agua receptores. Las políticas ambientales cada vez más estrictas limitan el uso de este tipo de sustancias con grave potencial contaminante, esto lleva a la búsqueda de nuevas técnicas de blanqueamiento de pulpa, repercutiendo en los costos de adquisición para las fábricas de papel.

Se estima que por cada tonelada de fibra de papel virgen que se fabrica se gastan aproximadamente 9.4 MWh, esto quiere decir que la producción de poco menos de 6 toneladas de fibra gastarán la misma energía que 1 millón de ventiladores prendidos durante una hora. Los sucesos que influyen en los costos de producción de energía pueden impactar fuertemente en los costos de producción de la pulpa, este es el caso del conflicto Ucrania-Rusia, siendo Rusia uno de los principales exportadores de gas natural y petróleo crudo en el mundo. El alto consumo energético implicado en la producción de papel lleva inevitablemente a la búsqueda de ahorros energéticos mediante procesos y tecnologías de mayor rendimiento.

Otro ingrediente esencial para la fabricación de papel es el agua, la pulpa es mezclada con agua para hacer un engrudo que después será convertido en largas láminas que perderán su contenido húmedo al pasar por un rodillo secador. Si es que no se está recirculando nada de agua, una tonelada de papel puede requerir hasta 400 mil litros para su producción (empezando desde la producción de la pulpa), afortunadamente se logra reutilizar mucha del agua reduciendo sustancialmente el consumo de agua, en promedio se utilizan 65 mil litros por tonelada de papel o pulpa producida, esto sumado a políticas cada vez más estrictas de conservación del agua resulta en una necesidad de nuevas prácticas de reutilización o nuevas tecnologías que permitan un menor uso de agua para la producción de papel.

Usualmente, debido a la disponibilidad de financiamiento, los molinos y papeleras más grandes pueden integrar nuevas tecnologías para sobrellevar diferentes puntos como ser materia prima diferente, variación en capacidad y calidad de varios productos finales, técnicas amigables con el medio ambiente para el blanqueamiento de pulpa y/o procesos de recirculación más eficientes. Las papeleras medianas y pequeñas junto con los molinos de residuos todavía tiene pendiente la adopción de algunas de las prácticas de las tecnologías emergentes o existentes para lograr la eficiencia deseada junto con la conservación del medio ambiente.

Debido a limitaciones financieras, los molinos más pequeños no están adoptando fácilmente las tecnologías modernas disponibles y todavía dependen de tecnologías anteriores o procesos que resultan en cargas contaminantes más altas. El éxito de estos desarrollos e innovaciones en cualquier industria dependerá principalmente de la motivación para lograr procesos más eficientes, mejor calidad del producto y producción amigable con el medio ambiente. Los problemas enfrentados por la industria pueden ser superados usando quimicos y procesos verdes más eficientes para incrementar productividad, calidad y rendimiento. Mundialmente, la industria del papel requiere adoptar la innovacion y y el desarrollo continuo de nuevos procesos alternativos como el uso de enzimas para diferentes procesos. Las practicas innovadoras y ecologicas para la elaboración de papel serán de ayuda para mejorar la economía, los problemas ambientales y el desarrollo social.