Alimentación en la Danza

29 abril 2024

Una alimentación de calidad no siempre ha estado de la mano del bailarín por los patrones de estética establecidos a lo largo del tiempo. Sin embargo, la sociedad está dando paso a informarse más, entendiendo así que un cuerpo esbelto no debería formarse a consecuencia de una restricción de alimentos, sino más bien a través de una alimentación equilibrada que junto con la exigencia del baile se desarrolle muscularmente de manera óptima.

Entendiendo a la danza como la creación del movimiento que va más allá de simplemente desplazarse o moverse, se destaca en esta disciplina la principal herramienta del bailarín; su propio cuerpo. La exigencia al momento de bailar requiere indiscutiblemente alimentarse para brindarle al cuerpo todos los nutrientes esenciales, de modo que nutrirse va más allá de solo comer, puesto que la comida es representada como energía que se dirige a cada célula de nuestro organismo, es casi como brindarle información para que pueda alargarse, desplazarse, girar, saltar, tener un buen rendimiento.

No obstante, una alimentación de calidad no siempre ha estado de la mano del bailarín, pues es claro que la danza ha establecido patrones de estética a lo largo del tiempo, que perduran incluso hoy en día. Sin embargo, la sociedad está dando paso a informarse más, para dotar a los artistas de conocimiento claro y conciso, entendiendo así que un cuerpo esbelto no debería formarse a consecuencia de una restricción de alimentos, sino más bien la construcción de un cuerpo sano a través de una alimentación equilibrada que junto con la exigencia del baile se desarrolle muscularmente de manera óptima.

Para bailar y tener una alimentación equilibrada se deben tomar en cuenta muchos factores tales como, género, edad, historial clínico entre otros. Por lo tanto, tener a la mano los tres principales macronutrientes en cada comida es esencial, a menos que exista una enfermedad, alergia o intolerancia se debe evaluar el caso para omitirlos. Las proteínas de fuente animal tales como carnes, huevos y lácteos así mismo las proteínas de origen vegetal que las encontramos en legumbres son indispensables para la formación y reparación de tejidos, así como transporte de oxígeno, indispensable para respirar. Los carbohidratos que se encuentran en mayor cantidad en los cereales y tubérculos llegan a ser el macronutriente clave para el bailarín, puesto que su aporte de energía es vital para el movimiento y para la creación del músculo una vez que las fibras musculares de este mismo, se rompen para poder regenerarse y crecer. Las grasas de buena calidad, que si bien, han llegado a tener mala fama y por consecuencia ser omitidas de la dieta de muchos bailarines, son indispensables para las hormonas, al ser su componente primordial y cabe recalcar que el funcionamiento del cuerpo se rige por un sistema hormonal permitiéndole estar siempre en homeóstasis, es decir en balance. Y por último, pero no menos importante, el agua y todos los minerales que se encuentran en las verduras y frutas son indispensables ya que participan en funciones de contracción y relajación muscular, transporte de nutrientes, capacidad de retención cognitiva etc., permitiéndole al bailarín desarrollarse de manera óptima.

Entendiendo bien estos conceptos es que podemos dotar al cuerpo de alimentos de buena calidad para obtener resultados a nivel interno que sean reflejados exteriormente, en el trabajo constante y logro de resultados.

Es así que la danza y la nutrición tienen el objetivo de potenciar al bailarín física y artísticamente, por lo tanto, en lugar de verse paralelamente o por separado, deben ir siempre de la mano interactuando multidisciplinariamente para generar un todo.

AUTOR:

Lic. En Nutrición Mariel Llaguno Gómez

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