Un espeso manjar de tonalidades amarillentos translucidos hasta amarillentos oscuros, conmemoran 30 millones de años de permanencia en el planeta tierra.  Este manjar fabricado por seres extraordinarios pertenecientes a una organización jerárquica estricta: la abeja Reyna, los zánganos y las abejas obreras,  también llamados por Estefanía Mendoza como las abejas madrugadoras, sus aliadas en esta experiencia de vida dulce;  hoy se encuentran habitando muchos lugares en el mundo, uno de ellos es la zona yungueña perteneciente al departamento de La Paz, Coroico,  que inspira en una simbiosis de culturas andina y tropical, que da pie al nacimiento de MISKI una miel 100% ecológica, producida en Coroico y consumida en la ciudad de La Paz.

Esta microempresa Familiar, tiene puesto el corazón en cada detalle y en cada desafío que la producción de este manjar les ha ido poniendo en el camino, hoy cuentan con 40 cajas o paneles prefabricados puestos para el trabajo de las abejitas que con cada viaje van fabricando en las épocas románticas de floración una fusión extensa de aromas y sabores, gracias a árboles exquisitos de la propiedad familiar, cítricos, mango, y en ocasiones acacias.

Don Porfirio a quien Estefanía y su madre consideran de la familia, es el que físicamente interactúa con la naturaleza a diario y cuida de la producción de estos seres extraordinarios, estando en constante capacitación y aprendizaje para la mejora continua de los procesos productivos, logísticos y de calidad necesarios para cosechas impecables de la llamada Miel de Altura.

Miski al igual que otras mieles, es única, la topografía, el clima, los árboles y las interacciones que coexisten en la propiedad donde se fabrica esta exquisita miel, darán cualidades especiales a este producto que al deslizarse por el paladar del que degusta podrá experimentar sensorialmente la naturaleza en su máximo exponente, llegando a desarrollar aromas, colores y sabores diferentes, a lo largo de la fabricación, producción y guarda, logrando desafiar no solo a los sentidos, si no que aportando nutricionalmente con micronutrientes propios de la misma.

Las cualidades y los usos que se le pueden dar a la miel no son cuantificables, ya que no solo se puede extraer la miel de un panal, si no que existen subproductos excelentes y beneficiosos, tanto en áreas alimenticias, suplementarias, cosmetológicas y hasta medicinales. Los usos y los desarrollos a partir de estas sustancias naturales cada vez son más demandadas y valoradas por los consumidores.

Vitaminas, sales minerales, azúcares de fácil digestión, propiedades antibacteriales, enzimas que podrían ayudar a la digestión como glucosa oxidasa y catalasa, también contiene antioxidantes como flavonoides y fenoles y un sin número de beneficios para usos tópicos y orales.

Existen múltiples razones para consumir esta espesa y deliciosa sustancia, pero sobretodo existen muchas más razones para valorarla desde el hecho que la fabricación es gracias a una interacción de naturaleza además de admirable muy necesaria para el mantenimiento de nuestro ecosistema, hasta las adversidades que conlleva ser apicultor en una zona montañosa y selvática, que carece de muchas condiciones servicios básicos, de transporte y logísticos por los que atraviesan muchos productores de las áreas rurales de Bolivia. Sin embargo, estas dificultades convierten en un producto Premium, ecológico, orgánico, y de mucho valor en el mercado, los consumidores que puedan llegar a consumir esta clase de productos son privilegiados y tienen la oportunidad de englobar una experiencia de mucho contenido y altos beneficios.